Pasó la presentación de “Un toque de fantasía” y quiero
dejar escritas algunas sensaciones, ahora que todo empieza a ser un bello
recuerdo.
Como siempre, lo primero que se me ocurre es agradecer, así
como lo hice apenas tomé el micrófono para comenzar a hablar del libro. Agradecer
a todos los que de una u otra manera me acompañan en esta aventura literaria. Pero
voy a continuar con los agradecimientos al final de estas palabras.
Entre todo el frenesí de preparar la presentación, estuve
mudándome de casa, por lo que todo contribuyó a tener unos días muy
complicados. Sin irme más allá en los detalles, sólo quiero decir que fui al
evento sin dormir la noche anterior, por encontrarme sin luz en la casa nueva
donde nos trasladamos con mi familia. Y también que cuando faltaban pocos minutos
para empezar la fiesta, antes de salir de casa, me di la frente contra un
fierro en forma accidental lo que provocó un corte y un sangrado imposible de
tratar. La intervención divina y el maquillaje hicieron parecer que no tenía
nada durante el resto de la noche.
Bien, ahora vamos a lo que fue la presentación en sí. Llegamos con mi familia media hora antes de la
hora pactada para terminar de ajustar algunos detalles, la comida y la bebida
ya la había llevado en horas anteriores de la tarde. Aprovechamos a hacer
algunas fotos con el salón vacío y a probar el sonido y las luces; todo se veía
de gala, el salón del Centro Cultural Federal de Pilar es espacioso e ideal
para estas cosas.
La música de fondo estuvo marcada por baladas de bandas de hard rock y algo más
tranquilo a medida que iba llegando la hora. Admito que cuando se iba haciendo
el horario de inicio y nadie llegaba me empecé a preocupar y los fantasmas me
asaltaban, pero fue sólo por un momento, ya que inmediatamente llegaron los
invitados. Vinieron amigos de Rosario, Tandil, zona oeste, Capital y
alrededores de Pilar. Hubo más de cien personas, que para este tipo de eventos es
mucho.
Ayelén Bravo, coordinadora del CCF, hizo la presentación
hablando de mi biografía y algunos detalles sobre mi incipiente carrera como
escritor. Fueron unos pocos minutos y después me cedió el turno para que
hiciera el resto.
Como dije, lo primero fue agradecer a los presentes y
comparé el evento con el sentimiento de una chica de 15 años que en su noche de
fiesta desea tener a todos los seres queridos a su lado, así como a sus amigos.
Después continué con la dedicatoria del libro, a la memoria de mi padre en
estos cuarenta años de ausencia.
Describí la importancia que tienen los primeros años de niño en la vida
de un escritor; uno siempre vuelve una y otra vez a aquellos momentos y en mi
caso, la pérdida trágica de mi padre marcó una profunda huella, sin heridas ya,
pero con cicatrices. Por lo que me dijeron después, muchos del público estaban
llorando, algo que yo no alcanzaba a notar.
Conté sobre el premio ganado hace un tiempo y que fue puntapié para empezar a
publicar mis escritos. Describí en general mi nuevo libro y algunos de sus
cuentos. Rendí honor a mi esposa y a mis hijos como las columnas de todo lo que
hago, ¡también tuve tiempo para agradecer a mi suegra! Lo que generó risas y aplausos
en los presentes.
Una nota particular fue cuando hablé de “Llamas en el green” y mi homenaje a mi
compañero de secundaria Mauricio Donkin. Nadie conocía los pormenores que
habían acontecido en esa historia real, mucho menos me imaginé que alguien
podía conocer a Mauricio cuando lo pregunté al público, pero mi sorpresa fue
grande cuando una mujer llamada Beatriz Dolera levantó su voz y dijo que había
sido la maestra de él en la primaria, pero que desconocía la historia que yo
había contado.
En medio de la reunión, manifesté lo más importante para mí,
que es mi fe en Jesucristo y conté que cada día se lo dedico a él. Después llegó
el momento de leer algo del libro y me incliné por “Hotel Boulevard Atlántico”,
más que nada por la extensión breve del mismo. Lo hice en forma relajada y durante
todo el relato, hubo un silencio y una atención total. Al finalizar, el aplauso
fue fervoroso. Después, varios me contaron que se me emocionaron enormemente
con la historia.
Hablé de otros temas más que no había preparado y no dije
muchas que quería decir, pero así salieron las cosas. Cerré la presentación
invitándolos a tomar una copa, comer las delicias que habíamos preparado y a
sacarnos unas fotos. También hice la invitación para que escucharan a los
chicos de “Sólo por hoy” que a continuación nos deleitaron con su música
estupendamente ejecutada. Ayelén me
entregó un diploma municipal por la presentación antes de que saliera del
escenario.
Firmé un montón de libros, hubo fotos con amigos, familiares
y otros conocidos, me prepusieron escribir la letra para un tango y también
otros proyectos. La noche se terminaba
con la nostalgia de que sin dudas quedaría en el corazón de todos los
asistentes. Todo superó las expectativas previas.
Y digo gracias, a los que me acompañaron: familia, amigos, conocidos, a los que
no conocía y tuve el gusto esa noche, a los del CCF y a cada uno que puso un
granito para que todo esto sea realidad.
En síntesis, fue una noche llena de fantasía, una fantasía
que recién comienza.
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